Me gradué de la Facultad de Medicina de Nueva York en 1963 y terminé una residencia en Pediatría en Stanford en 1968. Mi carrera entera en pediatría estaba en el Hospital del Condado de San Mateo. Durante ese tiempo, vi muchas enfermedades desaparecer de la práctica pediátrica debido a las vacunas.
Recuerdo una mañana, hace muchos años, cuando las puertas de entrada de la clínica pediatra rechinaron al abrirse para dar paso a una madre joven de procedencia hispana que había viajado sola en auto bus y caminado cuatro cuadras para llegar al hospital; ella se acerco al área de recepción cargando a su silencioso bebé arropado en una manta. No se necesito más que una rápida mirada para confirmar que el bebé estaba muy enfermo.
El bebé tenía 6 meses y aunque sobrevivió después del tratamiento de la meningitis bacteriana, desafortunadamente quedó con una pérdida auditiva severa y con una discapacidad del desarrollo. El bebé nació a principios de los años 70 antes de la introducción de la vacuna contra el Hib que sucedió una década más tarde. La Haemophilius influenzae tipo B (Hib) era una causa común de la enfermedad bacteriana invasiva.
Otra complicación de las infecciones por Hib además de la meningitis era la epiglotitis, una obstrucción alarmante de las vías respiratorias.
Contenido actualizado el January 5, 2021, 5:02 pm