La pandemia de COVID-19 ha tomado desprevenido al mundo entero. También a nosotros, que hemos descuidado la actualización de este sitio, dedicado exclusivamente a las vacunas y enfermedades que éstas previenen.
En la Argentina, luego de algunas dudas iniciales, se han tomado medidas preventivas acordes a la gravedad de la situación y observando el desarrollo de la enfermedad en los países del hemisferio norte, afectados un tiempo antes. Así se nos permitió iniciar una cuarentena estricta que ha conseguido ganar tiempo para adecuar el sistema sanitario y fundamentalmente preparar los sectores destinados a paliar y contener los casos graves en mejores condiciones de las que estábamos al inicio de la pandemia.
Como los demás países afectados, se diseñaron protocolos y estrategias de atención que se van modificando en la medida que vamos conociendo a este virus nuevo. El esfuerzo del equipo de salud, en la primera línea de combate contra el virus, está siendo enorme, y deberá ser mayor cuando el pico de infectados se produzca, por lo que el apoyo de la población a este sector debe ser mayúsculo porque debemos cuidar a quienes nos cuidan. Lo mismo sucede con los demás servicios esenciales y fuerzas de seguridad, que cumplen con su función (y más) también desde la primera línea.
Ya hemos ganado el tiempo necesario. La cuarentena debe ir liberándose para permitir la recuperación económica del país y sus habitantes, pero no debemos olvidar que este virus letal, de alta contagiosidad, seguirá entre nosotros hasta que aparezcan medicamentos o vacunas que nos permitan sentirnos seguros. Por eso, los protocolos de seguridad (cubrebocas, distancia física, disciplina social y lavado de manos en primera instancia) deben seguir más que vigentes hasta que podamos vislumbrar el éxito final.
En ello nos puede ir la vida. Tengámoslo en cuenta.
Dr. Carlos Köhler
Contenido actualizado el May 30, 2020, 10:03 pm