A consecuencia de la inesperada pandemia por COVID-19, y su consecuente confinamiento adoptado por la mayoría de países, ha generado una retracción importante de la cobertura de vacunación sistemática en cada uno de ellos.
Es así que la caída oscila entre el 30 y 40% globalmente hablando, lo que muestra un peligroso flanco débil en el control de enfermedades inmunoprevenibles y posibilitando la reaparición de flagelos prácticamente controlados.
Uno de ellos es el sarampión, provocado por un virus más contagioso que el COVID-19, con potencial letal y que había sido erradicado en numerosos países.
En el caso de Argentina, desde inicio del año 2019 a la actualidad fueron confirmados 170 casos de sarampión en Argentina: 111 casos en 2019 y 59 en 2020. El mayor número de casos confirmados de sarampión correspondieron a menores de 1 año de edad, seguido del grupo de 1-4 años. Sin embargo, es importante el número de casos en mayores de 20 años. El último caso detectado en CABA, fue el 16/2/2020.
Lo más triste es que no estamos ante una enfermedad desconocida que no sabemos evitar, ni con una elevada mortalidad entre personas mayores. La conocemos bien y sabemos que afecta principalmente a niñas y niños y para la que existe prevención por una vacuna muy eficaz.
Por lo tanto, desde los grandes centros referentes de salud y la OMS se pide encarecidamente a los gobiernos y sus sistemas de salud y a la población propiamente dicha, que no olviden de vacunar a sus hijos, siguiendo los esquemas de cada país, respetando los protocolos que desencadenó la actual pandemia para evitar sumar más calamidades.
Fuente: Desarrollo propio, varias fuentes.
Contenido actualizado el September 30, 2020, 1:21 pm