A propósito de la conmemoración del Día Mundial de la Poliomielitis

En una etapa en la que cada vez más antibióticos están dejando de ser efectivos ante la resistencia ofrecida por los microorganismos, el invalorable espacio que han ocupado las inmunizaciones, está provocando un impacto determinante sobre distintas patologías prevenibles por vacunación.

El uso, aún hoy, de viejas pero efectivas y conocidas vacunas nos muestran los crecientes resultados de la prevención en toda su dimensión; alzándose como histórica barrera , certera y eficiente.

Sólo con recordar las mortales epidemias de viruela, tuberculosis, difteria e influenza; las secuelas de la trágica pandemia de poliomielitis paralítica de los '50 y los millones de muertes producidas por tétanos y coqueluche; podemos reconocer los grandes logros de la medicina contemporánea, conseguidos en muy pocos años.

Así, vacunas como las conocidas Salk y Sabin, homenajean diariamente a sus creadores, que con su investigación y descubrimiento, han permitido derrotar la grave epidemia mundial de polio y en menos de cuarenta años, conseguir eliminar esta trágica enfermedad del continente americano.

Las nuevas generaciones, que hoy enfrentan la aparición de nuevas y crueles patologías, afortunadamente no han conocido ni conocerán otras enfermedades que gracias a las vacunas, hoy son sólo un mal recuerdo. Este antecedente, nos permite mirar esperanzados hacia el futuro: así lo demuestran los importantes avances conseguidos para lograr la prevención del cáncer, del SIDA y otras muchas enfermedades que seguramente en los inicios de esta próxima centuria, pasarán a engrosar la historia de la medicina.

Serán testigos de nuevas e importantes victorias, todos aquéllos que han bregado incansable y apasionadamente detrás de un sólo objetivo: la prevención; conscientes de la responsabilidad que les compete y con la fuerza que surge de los resultados alcanzados.

Sólo nos resta bregar para que este continuo avance sobre distintas enfermedades peligrosas, invalidantes y hasta mortales, pueda finalmente llegar sin distingos a todos los habitantes del planeta. En especial a los niños, que han sufrido y sufren como nadie, la globalización del hambre y la pobreza; cuando no se ven salvajemente inmersos en guerras que no distinguen edades ni inocentes.

Dr. Carlos A. Köhler Prefacio de la 3a Edición impresa - 1998

Nota del autor (Octubre de 2015)

Este editorial escrito para la edición impresa de la Guía de Vacunación en Argentina hace 17 años, no contemplaba la hoy creciente ola de los grupos que resisten a las vacunas. La aparición de las redes sociales hizo que la difusión de este tema se acrecentara de un modo inesperado.

En el Día Mundial de la Poliomielitis, y a pasos de su eliminación de la faz mundial, hago hincapié en la necesidad imperiosa de la comunidad profesional de trabajar intensamente en la educación y comunicación sobre la importancia de vacunar. Los más veteranos, haciendo saber los padecimientos que generaron las enfermedades inmunoprevenibles y en muchos casos contar y hasta mostrar las secuelas que en su propio cuerpo dejaron estas patologías. Los más jóvenes, aplicar los conocimientos frescos que se les han inculcado y llegar a las nuevas generaciones, también jóvenes que no han conocido ni han padecido estas enfermedades, gracias a los avances de la vacunación, como polio, tétanos, coqueluche, difteria, sarampión, rubeola congénita, secuelas o muertes por meningitis y encefalitis, entre otras.

La tarea será ardua y seguramente habrá pasos atrás, como los que están sufriendo en España, donde un niño de 6 años, murió por ¡difteria!, o en Alemania, con un adulto muerto por sarampión y brotes importantes de enfermedades contenidas, coqueluche y sarampión en Estados Unidos...

Todo por la caída de las coberturas de vacunación...

Decía en aquel editorial: "Las nuevas generaciones, que hoy enfrentan la aparición de nuevas y crueles patologías, afortunadamente no han conocido ni conocerán otras enfermedades que gracias a las vacunas, hoy son sólo un mal recuerdo". Pues debo desdecirme ya que el principal peligro de hoy es que la falta de vacunación podría transformar ese recuerdo en una nueva realidad trágica, desgraciadamente con la reaparición de enfermedades que ya casi habíamos olvidado.

Los éxitos logrados contra la Viruela y la Polio deben ser suficiente ejemplo de que las batallas pueden ganarse. Que la prevención es la mejor arma que tenemos. Y las vacunas son parte de ella.

Abramos bien los ojos, mantengamos la guardia y alcemos bien alto las banderas de las vacunas, con fuerza, empeño, convencimiento y seguridad, y usemos la voz para quien quiera oir. No podemos esperar más, hay que ponerse en marcha. En ello le va la vida a millones de niños y adultos en el mundo.

Dr. Carlos Köhler - 24 de octubre de 2015

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Contenido actualizado el October 24, 2015, 8:21 pm